Royal Huisman, un reputado constructor holandés de superyates, se originó en la región rica en marina de Vollenhove, Holanda, en 1884. El carpintero Wolter Huisman comenzó su carrera estableciendo un pequeño astillero, encargado de fabricar y reparar barcos pesqueros de madera. Con el avance de las tecnologías y los cambios en las demandas del mercado en el siglo XX, Royal Huisman giró gradualmente hacia la construcción de embarcaciones de recreo y yates, marcando así su lugar en la industria de la vela y los yates a motor de alta gama. En particular, la compañía obtuvo su prefijo 'Royal' en 1984, como marca de su centenario y su notable contribución a la industria náutica holandesa. En los primeros años, los proyectos iniciales de Royal Huisman giraban en torno a yates a motor y de vela personalizados; La fama realmente les llegó cuando entregaron el velero de 47 pies, 'Flyer', que posteriormente triunfó en la Whitbread Round the World Race de 1977-1978. Hoy en día, su cartera abarca una impresionante gama de superyates compuestos de aluminio y carbono, lo que demuestra su experiencia inigualable en la combinación de la artesanía tradicional con tecnologías de vanguardia. Fue bajo la dirección del hijo de Wolter Huisman (también llamado Wolter Huisman) que la empresa saltó a la fama, especialmente entre una clientela que exigía singularidad y un rendimiento de navegación de primer nivel. Siguiendo la tradición familiar, la hija de Wolter Jr., Alice Huisman, continúa al mando de Royal Huisman, preservando el legado de la marca y dirigiéndola hacia un futuro prometedor. Actualmente, la compañía opera desde un extenso astillero de 30.000 metros cuadrados en Vollenhove, desplegando su equipo de más de 280 empleados calificados dedicados a concebir, diseñar y fabricar algunos de los buques marítimos más excepcionales del mundo. La reputación de innovación, calidad y confiabilidad de Royal Huisman refuerza la misión de la marca: "Si usted puede soñarlo, nosotros podemos construirlo".