Fundado en 1945, Fisher, el fabricante de barcos británico, es conocido por construir barcos que satisfacen el deseo de aventura y el encanto del mar. Con sede en Barrow-in-Furness, Cumbria, en el norte de Inglaterra, Fisher surgió justo después de la Segunda Guerra Mundial, en un momento en que el país buscaba nuevas vías de empresa productiva. La empresa comenzó con la fabricación exclusiva de embarcaciones pequeñas y modestas, a menudo de madera, adecuadas para la navegación y la pesca local, ganando poco a poco una reputación de durabilidad y fiabilidad. Se sabía que los barcos de pescadores eran amigables con el mar, prácticos y estéticamente complementarios de las antiguas tradiciones de navegación inglesas. En la década de 1970, bajo el liderazgo de David Freeman, Fisher experimentó una expansión significativa. La compañía lanzó sus ahora distintivos barcos de vela a motor, revolucionando la industria y estableciendo un nuevo estándar de navegabilidad y comodidad. Los diseños de Freeman, caracterizados por un casco redondeado de aguas profundas y un resistente aparejo de queche, ofrecían una experiencia de navegación inigualable. La capacidad de la empresa para combinar características de un barco a motor y un velero en un solo diseño separó a Fisher de la competencia, marcando un momento crucial para la marca. A lo largo de los años, Fisher ha cambiado su base de producción varias veces. Originalmente fabricaba únicamente en Inglaterra, pero comenzó a subcontratar algunas de sus operaciones en Asia debido a las presiones económicas de la década de 2000. Hoy en día, Fisher continúa con su artesanía icónica principalmente en la ciudad de Wuxi, China. Sin embargo, el ADN de Fisher sigue profundamente arraigado en sus raíces británicas y, a pesar del desplazamiento geográfico, Fisher continúa defendiendo sus tradiciones marítimas inglesas, encarnando un espíritu de exploración, aventura y artesanía duradera.